La inexistente resistencia al cambio

La resistencia al cambio no existe, es una falacia del pensamiento moderno y mecanicista.  Resistencia al cambio es el fenómeno que observan quienes se confrontan con dos realidades sólo visibles desde ese paradigma propio del positivismo: por un lado entienden la necesidad “racional” de cambiar, por otro lado consideran que el ser humano es un ser mecánico que obedece “racionalmente”. Todo es racional desde su paradigma, no obstante siempre se encuentran con que la gente “no quiere cambiar” y,a eso lo denominan: “resistencia al cambio”. Cierto desde su paradigma, pero un grave error si se adopta un paradigma más actual.

La resistencia al cambio se desvanece cuando cambiamos de paradigma y asumimos al ser humano como un ser de trascendencia como bien se puede concebir a partir de las reflexiones de Schopenhauer, Kierkegaard, Nietszche, Heidegger, etc. padres del pensamiento posmoderno.

Si el ser humano es un ser de trascendencia entonces es un ser que internamente siempre está impulsado hacia el cambio, hacia la evolución. No hay manera de pensar entonces en que alguien se pudiera querer resistir al cambio sino que, por el contrario,  siempre estará buscando provocarlo.

Nos encontramos entonces con dos posiciones. Si se asume al ser humano como un ser de trascendencia hay unas consecuencias, si se le asume mecanicistamente son otras las consecuencias.

Apuntemos la mira sobre el fenómeno de la oposición manifiesta cuando se presenta la oportunidad para generar un cambio. El fenómeno es evidente: algunos, o varios, se resisten, no quieren cambiar. Pero dependiendo de con qué enfoque veamos el fenómeno entenderemos si es o no realmente resistencia:

Hemos ya aclarado que quienes asumen el paradigma mecanicista de la modernidad califican a esa oposición como una resistencia al cambio, pero para quienes se han atrevido a superar ese paradigma pueden adoptar el pensamiento sistémico y entender algo que es obvio: todo sistema tiene la propiedad de la homeostasis, regularse a sí mismo para mantener los equilibrios respecto a lo que lo pueda alterar.

La homeostasis no es resistencia, sino un proceso natural de supervivencia del sistema. En una persona u organización estable la homeostasis la mantiene en su nivel de actividad, y alguna intención de modificar su funcionamiento recibirá toda la energía de los procesos homeostáticos.

Si entendemos ello, entonces alguna pretensión de cambio no la efectuaremos en el modo tradicional: la homeostasis siempre la hará fracasar, y entre más fuerte sea la coacción exterior hacia el cambio, mayor será la reacción para regresar al estado de origen.

Lo que se ve como “resistencia al cambio” desde un paradigma mecanicista en realidad es una “resistencia a la coacción” visto desde un pensamiento sistémico: el sistema no permitirá nunca que alguien ajeno a sí mismo le cambie su funcionamiento, no acepta la coacción y hará lo posible por sabotearlo para regresar al estado de origen.

 

Lo que se requiere, entonces, asumiendo el pensamiento sistémico es hacer que el mismo sistema participe en el proceso de cambio: que tome consciencia de las presiones del entorno, que analice los aspectos insatisfactorios de su actual modo de funcionamiento y que halle salidas factibles más satisfactorias y deseables.

Tampoco se trata de una “participación” meramente presencial, sino activa y dentro de la propia dinámica del pensamiento sistémico. Hay que entender, también, el modo de generar la participación acorde a estos nuevos paradigmas. De eso ya hablaremos en otro momento.

 

Dejemos tan sólo indicado que la resistencia al cambio no es algo real, el ser humano desea siempre evolucionar, por lo que el cambio es algo a lo que por sí mismo siempre estará dispuesto.


Enrique Snyder O.

(Publicado originalmente en: http://aprendizajeyposmodernidad.blogspot.mx)

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Comentarios: 1
  • #1

    Juan armando sandoval (viernes, 28 noviembre 2014 16:27)

    Tengo un punto de vista alternativo, lo único constante es el cambio y el ser humano se resiste al cambio porque está en su zona de confort.

    Porque cambiar? Por miedo o necesidad

    Como se lleva el cambio? Cuándo se busca una visión.

    hola@juanarmandosandoval.con