Valores y realidad

Una mañana reciente tuve un encuentro con alguien a quien no conocía, tan sólo el libro que tenía entre las manos me llamó la atención y fue la causa de nuestra charla. Un libro conocido por varios, una investigación bien realizada y presentación de un contexto alternativo a los hechos que resultaron en la matanza del 2 de Octubre de 1968.

Fue una charla amena y profunda que nos llevó a, entre otras cosas, temas relacionados con la consultoría desde el punto de vista de toma de consciencia. En efecto, ante la línea aun muy en boga de las asesorías y cursos empresariales al estilo de "predicación" del deber ser (donde ese deber ser son las diversas modas administrativas que se suceden unas a otras, muchas de ellas en verdad efectivas, pero que se abordan con un paradigma que ya no funciona) nuestra charla se dirigió a la observación de la realidad tal cual se presenta, con todo su dinamismo y complejidad implícitas.

Ejemplifiqué con el tema de los valores. Ciertamente es otra moda, además de un clamor generalizado ante el caos reinante, caos generado en mucho por el tratar de imponer valores en un modo absolutamente imposible. No se puede imponer el bien, se tiene que facilitar la superación de lo caótico (muchos no lo pueden entender, lo sé).

Lo que pasa con los valores no es que "no hayan valores" como tantos que se alarman por ello, sino que existen otros "valores". Recordemos ante todo que los valores no son entes abstractos que habitan en algún topus uranus, sino que se manifiestan como modos de conducta personalmente preferidos (cuando uno miente por hábito no lo hace "por maldad", existe una ganancia en su personal modo de ver la vida, por ejemplo, la excusa por llegar tarde implica una ganancia: conservar el trabajo: entre mentir y decir la verdad tal persona valorará más mentir).

Cuando me solicita algún cliente dar un "curso de valores" me niego a jugar a predicar ese topus uranus y busco entrar en la realidad tal cual. Los pasos básicos son:

• Dado que se pide fomentar los valores en algún equipo de trabajo lo que más bien se está deseando es el superar ciertas conductas que se vislumbran como insalubres para el equipo.
• Tal consciencia permite partir de la realidad: los actuales bloqueos que afronta el equipo. Esos bloqueos tienen dos manifestaciones, una de nivel de "actitud" y otra más concreta y física. 
  
  • ·         Para cumplir con la expectativa de atender "los valores" el trabajo se da en el nivel de "actitud", con lo que paso a generar acuerdos sobremodos de conducta grupalmente preferidos. Son conductas que quedan valoradas por encima de otras conductas
  • ·         No obstante, la segunda forma de manifestación es sumamente importante resolverla para que cualquier trabajo con el nivel de las actitudes no vaya a naufragar. Para ello es ideal el seguir un proceso de Crecimiento Cualitativo.

              El resultado no será un conjunto de "fieles" que saben "rezar" los valores de la organización aunque no los puedan vivir. Por el contrario, será un grupo de personas que han tomado consciencia de su realidad y han acordado enlibertad modos más efectivos de actuar.

Nuestra charla en aquella mañana alcanzó esas conclusiones. Vimos la necesidad de elevar la consciencia para resolver los problemas, sobre todo en este México convulsionado por el constante autocumplimiento de la profecía de que sólo se puede llegar arriba mediante la trampa (el común dicho "el que no transa, no avanza").

(artículo publicado originalmente en: https://sites.google.com/site/enriquesnyder)